La magia de volver al mar: jornada de suelta de tortugas rescatadas y rehabilitadas en la playa de la Nea

La consejera de Gestión del Medio Natural y Seguridad del Cabildo de Tenerife, Isabel García, con Rocío, una de las participantes. Fran Pallero

La Fundación DIARIO DE AVISOS, la Fundación Cepsa y el Cabildo de Tenerife celebraron ayer una suelta de tortugas en la Playa de La Nea, en El Rosario, bajo el lema ‘SOS, tortugas marinas’.

En los últimos años, la presencia de microplásticos en nuestros mares y océanos se ha convertido en un gran problema medioambiental. Tanto es así que los expertos calculan que el 90% de la basura que flota en el mar son plásticos. Además, pronostican que en 2050 habrá más plástico que peces en los océanos, unos 12.000 millones de toneladas. Parece mucho tiempo, pero son solo 29 años.

Un problema que ha llevado a las instituciones a hacer innumerables llamamientos para concienciar a la población sobre este problema que afecta a nivel mundial, que tiene repercusión en la salud de los animales, y, por consiguiente, en la de las personas.
Es el caso de la Fundación DIARIO DE AVISOS, que ayer, con la colaboración especial de la Fundación Cepsa y del Cabildo de Tenerife, celebraron una suelta de tortugas en la Playa de La Nea, en el municipio de El Rosario, bajo el lema SOS, tortugas marinas, como alusión a esa emergencia que sufre esta especie como consecuencia de la acción humana. Una iniciativa que se enmarca dentro del proyecto El impacto de los microplásticos en el ecosistema de los fondos marinos de Canarias. Además, la fundación de este periódico la viene desarrollando hace más de un año . Su finalidad es investigar, divulgar y sensibilizar de los efectos de la contaminación por microplásticos sobre el ecosistema y la biodiversidad en los fondos marinos de las Islas.

Y es que las tortugas marinas, desgraciadamente, son una de las especies más afectadas por este problema en el Archipiélago. Sobre todo, se ven afectadas las Caretta Caretta, o comúnmente conocidas como tortugas bobas.
De esta especie, concretamente, eran las dos tortugas que ayer volvieron al mar después de haber sido rescatadas y rehabilitadas en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre La Tahonilla, del Cabildo de Tenerife. Un centro, según uno de sus veterinarios, Alejandro Suárez, en el que estos animales reciben todos los cuidados necesarios para lograr que puedan volver a su hábitat natural: el mar.

“Ahora mismo, nuestros océanos son un vertedero. Recibimos una media de 80 tortugas al año. La mayoría llega por haber ingerido una gran cantidad de plásticos, por tener estranguladas algunas de sus extremidades por redes o por tener un anzuelo en la boca. El problema es que en Canarias apenas hay tortugas adultas que se puedan reproducir. La mayoría son jóvenes y mueren en el mar”, explica Suárez.

De ahí la importancia de reciclar y de concienciar a la población para evitar que estos animales sufran y acaben muriendo. Así lo explicó la consejera de Gestión del Medio Natural y Seguridad del Cabildo de Tenerife, Isabel García, quien aseguró que “la educación ambiental es vital para que nuestro medio ambiente esté siempre cuidado y conservado”.

En la misma línea se mostró el concejal de medioambiente del Ayuntamiento de El Rosario, Fidel Vázquez, que indicó que “estas acciones son fundamentales, ya que en pleno siglo XXI vivimos una crisis medioambiental a la que hay que hacer frente de forma urgente”.

Regreso al mar

Llegó el momento de la suelta de las dos tortugas que estaban listas para volver al mar y la expectación era máxima. No solo por parte de los participantes, sino entre los bañistas que allí se encontraban y el numeroso grupo de piragüistas que esperaban en el agua este momento. Una liberación en la que los presentes, entre ellos, los ganadores de un sorteo de invitaciones llevado a cabo por la Fundación DIARIO DE AVISOS para asistir a esta cita, se quedaron en silencio disfrutando de las dos sueltas que culminaron con dos calurosos aplausos. Un momento mágico que seguro todos guardarán en sus retinas.

Así lo explicó Rocío Fumero a este periódico, una niña de tan solo nueve años, que está afectada por una enfermedad genética, la piel de mariposa, y que tuvo la suerte de asistir a este momento tan especial. “Me gustó mucho. Quería venir porque le quería decir a la tortuga que le fuera muy bien en el viaje y que no se encontrara con más trampas. Era muy traviesa, no paraba de aletear”, dijo.

Ainara Ruiz, otra de las jóvenes asistentes, concienciada también con la importancia de cuidar y preservar el medioambiente, indicó que en un principio pensó que “las tortugas iban a ser más pequeñas. Me encantó. Me gustan mucho”.

Por último Eva Ruiz y su acompañante Eduardo García definieron este momento como “una experiencia increíble” que les había impactado mucho.

Liberación tortugas marinas

Sin duda, una iniciativa que ayuda, tal y como asegura la responsable de la Fundación Cepsa en Canarias, Belén Machado: “Pone en valor la necesidad de cuidar a las especies vulnerables a través de pequeños gestos como estos”.

“Una llamada de atención y de socorro en nombre de los ecosistemas de nuestras Islas para concienciar de las consecuencias negativas de la contaminación”, indicó Priscila González, directora de proyectos de la Fundación DIARIO DE AVISOS.

Ahora está en nosotros, en manos de la población, la tarea y la responsabilidad de cuidar de nuestros ecosistemas a través del reciclaje y de las buenas prácticas para que los plásticos no lleguen al mar y evitar así que las tortugas, uno de los reptiles más antiguos del planeta, desaparezcan.


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