“Desde mi ventana veía un drago, pero ya no”: ‘Los dragos del volcán’ llega a las aulas de La Palma


Los escolares palmeros reciben con entusiasmo el cuento editado por DIARIO DE AVISOS en colaboración con Tu Alteza y Tu Trébol, que el 6 de marzo será obsequiado a los lectores

El eco de los pasos en los pasillos, las carreras apresuradas, las risas…los sonidos que forman el ecosistema de un colegio resuenan por las aulas del Princesa Acerina. El centro bulle de actividad en mitad de una jornada lectiva que no es una más para los niños y niñas que estudian en el centro. Es el día de la presentación de los cuentos del proyecto Los dragos del volcán que la Fundación DIARIO DE AVISOS, con la colaboración de Tu Alteza y Tu Trébol, ha puesto en marcha en La Palma, y los escolares esperan la visita con dibujos, murales y una ilusión que ilumina más que el sol que brilla con ganas en el cielo palmero.

El Princesa Acerina no siempre sonó así. La escuela de música se convirtió hace unos meses en el espacio seguro en el que continuar la actividad para tres de los colegios que el volcán hizo desaparecer: Todoque y Los Campitos, engullidos por la lava del volcán y el María Milagros Acosta García (Puerto Naos) que sigue en zona de exclusión, inutilizable por las emisiones de gases. Aproximadamente 361 niños y niñas acuden cada día a encontrarse allí con sus maestras, las de siempre, que se han trasladado con sus aulas para seguir adelante de la manera más normal posible.

Alicia Martín Alonso, del Ceip Todoque, Ángeles Nieves Pérez Díaz, del Ceip Los Campitos, Nieves Rosa Rodríguez Martín del Ceip Milagros Acosta e Inma Calera, coordinadora del Colectivo de Escuelas Rurales del Valle de Aridane fueron las anfitrionas, abriendo sus aulas para que Los dragos del volcán llevase hasta ellas su mensaje de esperanza a través de la voz y de la visita a las aulas de la escritora del cuento, Montse Vázquez.

Los más pequeños de Puerto Naos nos lo cuentan

Nada más entrar, en la pared del pasillo, un enorme mural realizado por alumnos y alumnas que rondan los cuatro años de edad, recoge las frases más relevantes del cuento. Acompañada por los dibujos realizados por los más pequeños del María Milagros Acosta, la frase extraída de Los dragos del volcán, “El hogar no se hace de piedras, se hace de cariño, de familia, de almuerzos juntos, de besos…, recibe a quienes llegan al colegio. El cuento va dejando su mensaje.

El aula de Nieves Rosa está llena de dibujos. Sentados en círculo, junto a su maestra, los niños y niñas repasan las escenas y las ilustraciones que más les gustan del libro: aún no saben leer pero no lo necesitan para entenderlo todo.
En la pequeña aula, con tan solo ocho alumnos, la maestra cuenta cómo los pequeños han dado una lección de vida a los adultos: “Son los primeros que se han adaptado. Gracias a ellos estamos nosotros aquí. Son nuestro motor. Ellos nos enseñan a nosotros cada día”.

La clase rebosa de energía. Los pequeños comentan sus cuentos en voz alta, compartiendo, reconociendo sus propias historias. “La cama se movía y yo pensaba que era mi hermano el que lo estaba haciendo pero era el volcán” dice José Ángel.

Ana Patricia, eleva su voz entre el barullo para hacer oír su experiencia: “Yo estaba en la cocina y un vecino llamó a mi papá. Y luego nos fuimos corriendo”. África estaba viendo la tele, Denis estaba en su casa cuando empezó a moverse todo. Cada uno quiere contar, expresar, compartir.

“Y todas las casas se fueron” resumen. Una historia dura que sigue afectando a sus vidas de manera cotidiana.
“Ahora vivimos en una casa nueva. Tengo una cama nueva. Mi mamá también tiene una camita nueva”, cuenta Denis. Para ellos lo pequeño se hace grande. Saben dar importancia a los logros más sencillos.

Todos los alumnos de esta pequeña aula tuvieron que desplazarse a otras zonas de la Isla. Mientras el cuento transcurre van expresando sus propias vivencias, su recorrido por los acontecimientos: “Yo me llevé mis bebés, mis peluches…” “Y la play añade José Ángel”. Lo importante, afirman.

Los pequeños observan al protagonista del cuento y analizan sus sentimientos. De eso se trata. Para eso sirve Los dragos del volcán. Ellos lo cuentan con sencillez, asumiendo su historia.

La importancia de la familia

Los dragos del volcán evoluciona en su narración a través de la aparición de una figura clave en el cuento: el abuelo. A través de él, el protagonista recibe un mensaje de resistencia fundamental: el hogar no se hace de piedras sino de afectos. Los pequeños de Puerto Naos cuentan cuáles fueron sus apoyos, reconociendo en este personaje a sus propias familias. En especial a los abuelos, que han soportado emocionalmente a sus hijos e hijas en una demostración, una vez más, del valor de sostén familiar y social de los más mayores.

Para Nieves Rosa el abuelo es el personaje más importante del cuento, el que más ha identificado con su propia experiencia. Emocionada, relata cómo fueron los mayores de la familia, su madre de manera especial, los que mantuvieron y mantienen viva la esperanza de los más jóvenes.

La resiliencia de los más pequeños

Pero el trabajo con el cuento llega más allá de los niveles de infantil. Aunque está escrito en una clave sencilla, apoyada en las preciosas ilustraciones de Jesús Rodríguez para facilitar su seguimiento a los más pequeños, aporta a los niveles más avanzados un terreno de exploración emocional.

Aitana María Suárez profesora de primero y segundo de educación primaria del María Milagros Acosta García se asombra de la fuerza de su alumnado para afrontar esta situación: “Me sorprende la capacidad de resiliencia que tienen, cómo son capaces de darle la vuelta a la situación. Son fuertes y te sorprende cada día la gestión que hace de esto, más allá del paso del tiempo”. Para ella, el cuento pone palabras e imágenes a las emociones. “Es una forma de ayudarles a expresar sus vivencias. En ocasiones, en casa, no se puede abordar este tema con la naturalidad que les ofrece el proyecto y el cuento les da una herramienta para hacerlo”.

Entre los más mayores de primaria hay alumnos y alumnas que han tenido que sufrir la pérdida de sus casas. En el aula, la maestra María Nieves Barroso nos explica que lo que quieren, ahora, es avanzar. El apoyo inicial, las cartas que recibían, les supusieron una ayuda, pero ahora quieren mirar hacia adelante. Sus colegios son su lugar seguro, donde pueden expresarse, su refugio de un mundo que ahora mismo, sigue siendo inestable e incierto. Para ellos, la parte favorita de la historia está clara: el abuelo entrega las semillas de un nuevo drago que sustituirá al que destruyó el volcán, a su nieto, animándole a empezar su propia historia.

Más maduros, enfrentan la situación con mayor perspectiva, aunque aún son pequeños. Enseguida detectan otro de los símbolos del cuento: los rosquetes compartidos, una metáfora de la familia y las pequeñas cosas que dan alegría. La emoción y la esperanza en el futuro lo dominan todo.

Muchas de las afectadas por el volcán son escuelas rurales, unitarias, escuelitas con poco alumnado y muchos valores. El Todoque, con Alicia Martín. y Los Campitos, con Ángeles Nieves Pérez, con apenas 20 alumnos cada uno, son un ejemplo de que las escuelas unitarias aportan beneficios muy especiales, de unidad, de fortaleza y de comunidad entre sus niños y niñas.

El cuento y el proyecto se crearon pensando en ellos, y en todos los que, como ellos, perdieron sus centros, sus barrios y sus referentes bajo la lava; Y han llegado a su destino, ahora, para que los utilicen de la manera que mejor les sirva. Los centros del Princesa Acerina son los representantes de todos los centros de La Palma que ya han recibido también el proyecto, más de cinco mil quinientos cuentos repartidos por la Fundación DIARIO DE AVISOS.

Los dragos, recordatorio de la vida que se abre camino

En La Palma, todo es verde ahora. Incluso, la boca del volcán, que reposa en silencio, se va tiñendo, asombrosamente, del color de la vida.

En las aulas, las semillas repartidas en los colegios del Valle de Aridane, junto con el cuento, son las protagonistas del interés cuando se termina de leer el cuento. Las maestras, encargadas de mantener el clima de optimismo de sus aulas, trascendiendo a sus propias angustias e incertidumbres, nos devuelven el entusiasmo alrededor de este proyecto de la Fundación DIARIO DE AVISOS, Tu Trébol y Tu Alteza, que pretende ofrecer una pequeña ayuda, un granito de arena que llene las aulas de dragos, como testimonios de la esperanza.

Pero que, además, es también un recordatorio a toda la población palmera, de que siguen y seguirán presentes, mientras lo necesiten, en la voluntad de ayudar de todos los canarios.


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