‘Cumbre Vieja: tres meses en el infierno’, escrito por Juan Carlos Mateu y publicado por la Fundación DIARIO DE AVISOS, relata cómo fue el día a día de los vecinos, científicos, equipos de emergencias y autoridades durante la erupción de La Palma ocurrida hace un año
Se cumple un año desde que La Palma saltó a las portadas de los medios de comunicación de todo el mundo. A las 15.11 horas del domingo 19 de septiembre de 2021 la tierra comenzó a agrietarse en la zona forestal de Cabeza de Vaca, en el municipio de El Paso, y una gran humareda alertó a los vecinos del Valle de Aridane. La Isla entraba en erupción 50 años después de que el Teneguía explotara en Fuencaliente. Los focos mediáticos y científicos del planeta comenzaron a apuntar desde ese momento hacia la Isla Bonita.
Coincidiendo con este primer aniversario, la Fundación DIARIO DE AVISOS ha publicado el libro Cumbre Vieja: tres meses en el infierno, que puede descargarse gratuitamente en la web de DIARIO DE AVISOS, en el que el periodista Juan Carlos Mateu, vicedirector del DIARIO, relata la evolución de la catástrofe natural de principio a fin, jornada a jornada, a través de una serie de crónicas escritas a lo largo de 100 madrugadas.
“Más que contar lo que ocurrió en términos generales, en el libro se describe lo que iba pasando día a día para reflejar, además de los daños materiales que causaban los ríos de lava, las sensaciones, la incertidumbre y los miedos a los que se enfrentaban cada jornada los vecinos, así como las medidas que adoptaban diariamente los científicos, las autoridades y los equipos de emergencia, en permanente estado de alerta”, explica el autor, que subraya, además del contenido informativo del texto, su “atmósfera emocional”.
El libro, con diseño y maquetación de Jesús Javier Rodríguez, recoge declaraciones impactantes de damnificados y testigos, relatos de historias humanas marcadas por el infortunio, ejemplos de resistencia entre los vecinos, testimonios de quienes se entregaron en cuerpo y alma a ayudar y garantizar la seguridad de la población, valoraciones de la comunidad científica en los momentos más críticos y estampas de la avalancha solidaria procedente desde todas partes del mundo.
Mateu destaca el ejemplo de “fortaleza, paciencia y valentía” del pueblo palmero -así lo reconoció la Fundación DIARIO DE AVISOS con la concesión del Premio Taburiente el pasado año- y subraya que el objetivo del libro es dejar constancia de “tanto dolor, tanta lucha y tanta resistencia, pero, sobre todo, de la lección que han dado al mundo los palmeros y palmeras”.
La erupción sorprendió a los científicos por su rapidez, tras desencadenarse un enjambre de terremotos solo ocho días antes. De hecho, el semáforo de riesgo volcánico se encontraba el 19 de septiembre en color amarillo. Desde que comenzó a brotar la lava se ordenó la evacuación de 5.000 personas y todas las televisiones iniciaron programaciones especiales y desplazaron hasta la Isla Bonita a sus presentadores estrella, que fueron testigos de uno de los primeros impactos mundiales del desastre al transmitir en directo cómo una montaña descomunal de rocas y fuego se tragaba la piscina de un chalé.
Pero las siguientes imágenes fueron mucho más duras: familias enteras de Todoque rescatando en furgonetas y vehículos particulares todo lo que podían de sus casas en una desesperada lucha contra el reloj. “Quince minutos para recoger toda una vida”, resumió un vecino de la zona baja de Todoque, mientras esperaba con su vehículo el permiso de las autoridades para regresar efímeramente a su casa y llevarse, en un turno exprés, enseres y recuerdos antes de que la trituradora de lava engullera su vivienda. Días después, el desmoronamiento de la torre del campanario y la iglesia de San Pío X fue la imagen de apertura de todos los telediarios nacionales.
En el libro se recogen testimonios como el de Francisco, que cada día madrugaba para acercarse a un punto de la carretera desde donde poder ver la vivienda familiar en Los Campitos, a los pies de la colada; el de Amanda, cuya casa quedó enterrada en ceniza con un gran boquete en la zona del jardín del que surgió un geiser de lava, o el de María Remedios, una de las primeras vecinas evacuadas que puso en pie al Teatro Guimerá al recibir el Premio Taburiente de la Fundación DIARIO DE AVISOS al pedir entre lágrimas “solo que nos ayuden y no nos olviden”.
Los cuadros de ansiedad y pánico bloqueante se multiplicaron entre una población al límite de sus fuerzas. “Hay mucho estrés, mucho miedo, rabia impotencia y mucho llanto, porque no son capaces de digerir lo que está ocurriendo”, sintetizó en aquellos primeros días Cristina García, coordinadora del Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias y Catástrofes.
Cumbre Vieja: tres meses en el infierno también se hace eco de uno de los episodios más emotivos y dolorosos durante la crisis volcánica: el asedio de la lava al cementerio de Las Manchas, en Los Llanos de Aridane. Un helicóptero del Ejército del Aire llegó a lanzar flores sobre el recinto el Día de Todos los Santos, pero fechas después se confirmarían los peores presagios al atravesar una de las coladas por el cementerio de Nuestra Señora de Los Ángeles.
María José Blanco, Carmen López, Nieves Sánchez, Nemesio Pérez, David Calvo, Luca D´Auria, Itahiza Domínguez, Vicente Soler, Rubén López, Stavros Meletlidis, Miguel Ángel Morcuende, Rubén Fernández, Juan Carlos Carracedo… son nombres que quedarán asociados a la larga crisis volcánica del Valle de Aridane. Han sido las caras visibles de la legión de científicos entregados en cuerpo y alma a una emergencia en la que han demostrado, además de conocimiento, una gran capacidad didáctica para explicarle al mundo lo que pasaba día tras día en el subsuelo y en la superficie de Cumbre Vieja.
El libro, que incluye una veintena de fotografías impactantes del evento (el más largo y dañino en más de medio milenio en La Palma), además de las experiencias relatadas por protagonistas de diferentes medios de comunicación locales y nacionales, incluye los mensajes de los reyes, Felipe VI y Letizia, así como del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, durante sus viajes a la Isla.
La parte final relata el proceso de apagamiento del volcán. El presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, fue el primero en poner a la opinión pública sobre la pista de un posible desenlace en el puente de la Constitución al desvelar por primera vez “indicios científicos” de que la erupción podría terminar antes de final de año. Seis días después se escucharon las primeras voces de los expertos apuntando en la misma dirección. Finalmente, el Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca) acabaría por confirmar que la erupción entraba en fase de “agotamiento” y activaría una cuenta atrás de 10 días, hasta el 25 de diciembre, para certificar el apagón volcánico.
Casi 100 días después de que explotara Cumbre Vieja y coincidiendo con la fecha de Navidad, se pudieron escuchar las cuatro palabras más esperadas: “La erupción ha terminado”. Tal honor correspondió al consejero de Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad del Gobierno de Canarias, Julio Pérez, en una comparecencia ante los medios de comunicación en la que apareció flanqueado por los mandos de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y la Unidad Militar de Emergencias, además del director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, y las científicas del Instituto Geográfico Nacional María José Blanco y Carmen López. Junto a ellos, una pantalla con el resto del plantel de científicos implicados en la crisis, conectados por videoconferencia.
Paralelamente a los relatos de los principales protagonistas, contextualizados en la urgencia del momento, el libro publicado por la Fundación DIARIO DE AVISOS incide en las macrocifras que revelan la magnitud de la catástrofe: 7.000 personas evacuadas, más de 1.200 hectáreas cubiertas por la lava, casi 3.000 edificaciones engullidas (según las estimaciones del sistema de satélites europeos Copernicus, aunque el recuento del catastro rebajó la cifra a casi la mitad), 370 hectáreas de cultivos arrasadas (plataneras mayoritariamente) y 74 kilómetros de carreteras afectados.
Puedes descargar aquí el libro de manera totalmente gratuita.