Una quincena de mujeres del Sur, algunas en proceso de quimioterapia, acompañadas por familiares y miembros de la Fundación Carrera por la Vida, terminan emocionadas y entre lágrimas el Camino Francés en Santiago
Brigitte Gypen, la presidenta de la Fundación canaria Carrera por la Vida, se emociona aún al recordar lo que vivió en primera persona el pasado fin de semana: la llegada a la monumental Plaza del Obradoiro, en Santiago de Compostela, de una quincena de pacientes tinerfeñas afectadas por cáncer de mama tras completar, en una semana, los 120 kilómetros del denominado Camino Francés.
Brigitte Gypen, la presidenta de la Fundación canaria Carrera por la Vida, se emociona aún al recordar lo que vivió en primera persona el pasado fin de semana: la llegada a la monumental Plaza del Obradoiro, en Santiago de Compostela, de una quincena de pacientes tinerfeñas afectadas por cáncer de mama tras completar, en una semana, los 120 kilómetros del denominado Camino Francés.
Después de partir de Sarria, en la provincia de Lugo, el domingo 24 de septiembre, la expedición formada por 32 personas -entre pacientes, familiares, monitores y miembros de la fundación- consiguió su sueño y llegó a la gran plaza de la catedral entre lágrimas. No era para menos después de la proeza que acababan de protagonizar, algunas se encuentran en proceso de quimioterapia, tras caminatas diarias de hasta 20 kilómetros por los campos y montes gallegos.
“Todos rompimos a llorar cuando nos recibió un gaitero que nos acompañó en el último tramo del recorrido hasta la plaza entre los aplausos y ánimos de la gente que nos esperaba (la televisión pública gallega había informado de la llegada). Fue de lo más emotivo y todos nos echamos a llorar, era imposible reprimir los sentimientos de emoción y gratitud”, explicó a este periódico Brigitte Gypen.
La expedición tinerfeña, integrada por mujeres y familiares del sur de Tenerife, que cuenta con el apoyo y colaboración de la Fundación Diario de Avisos, tampoco olvidará a su llegada el comentario del padre de una paciente de cáncer de mama que se acercó al grupo para agradecerles el “chute” de energía que, de inmediato, dijo, insuflaría a su hija.
La presidenta de la Fundación Carrera por la Vida definió la experiencia como “magia pura”, porque todo salió a pedir de boca, desde el tiempo, que acompañó en todo momento a la expedición, hasta la ausencia de incidencias serias entre las participantes. Los contratiempos leves, sobre todo la aparición de ampollas en los pies, fueron solventados por una enfermera que acompañó al grupo, junto a dos técnicos monitores del Ayuntamiento de Adeje.
“La primera etapa se nos hizo larga y llegamos a pensar que sería imposible completar el recorrido, pero no debía preocuparnos porque para nosotros la meta es el camino -eslogan elegido para esta iniciativa- y, además, contábamos con una furgoneta de apoyo. Pero a partir del segundo día recuperamos los ánimos y dijimos: ‘vamos a llegar todos’, como así fue”, indicó.
Gypen destacó cómo en cada parada para descansar unos minutos y comer algo de fruta se animaban unas a otras para que nadie se quedara atrás, en una metáfora perfecta del proceso oncológico que afrontan y en el que el respaldo de familiares y amigos es fundamental para salir adelante. Por eso, el apoyo del grupo ha sido la gran lección que se traen en sus mochilas los miembros de la expedición tras una semana de convivencia.
Un equipo audiovisual acompañó a las excursionistas durante los siete días y ahora elaborará un documental en el que se recogerán los mejores momentos, y los más emotivos, de las caminatas. Se podrá ver próximamente en Atlántico Televisión, canal regional del Grupo Plató del Atlántico.
Dado el éxito del proyecto piloto, la Fundación Carrera por la Vida piensa en darle continuidad con una segunda edición del Camino de Santiago, que ya cuenta con lista de espera. “Todas las participantes de este año quieren repetir y algunas, incluso, ya sugieren hacer una ruta de mayor dificultad”, manifestó Brigitte Gypen.