PATRIMONIOS DE LA HUMANIDAD

DISTINCIONES A LA INNOVACIÓN Y A LA CREATIVIDAD

La Fundación Diario de Avisos presenta la tercera edición de los PREMIOS TERRA, galardones de carácter internacional que reconocen iniciativas singulares para la mejora y conservación de los Patrimonios de la Humanidad declarados por la Unesco, y que, por su naturaleza innovadora y ejemplar labor, hayan aportado un valor añadido al enriquecimiento y protección de bienes naturales y culturales.

Estos premios se entregarán anualmente con la colaboración de la Unesco y tendrán como sede a la ciudad de San Cristóbal de La Laguna, declarada Patrimonio de la Humanidad desde 1999.

SAN CRISTÓBAL DE LA LAGUNA

SEDE PERMANENTE

Los Premios Terra pretenden constatar y reconocer la excepcional huella que tienen este tipo de iniciativas y proyectos en nuestro entorno, cultura, economía y calidad de vida, poniendo en valor el patrimonio mundial como activo clave para la construcción y consolidación de una sociedad más próspera.

Estas distinciones serán otorgadas con carácter anual entre las candidaturas propuestas, de acuerdo a las bases que regirán la convocatoria de los galardones.

LOS PREMIADOS 2024

Los PREMIOS TERRA tomarán en consideración los logros alcanzados en diversos ámbitos contemplados en las categorías de nuestros cinco galardones:

Premio Terra a la Iniciativa para los Desafíos Emergentes: Ciudad de Edimburgo (Escocia, Gran Bretaña)

Edimburgo, capital de Escocia, es un monumento vivo que cautiva el alma con su majestuosa belleza y extraordinario valor histórico y cultural. Reconocida mundialmente cuando fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1.995, ha sido el hogar y la inspiradora musa de célebres pensadores, escritores y científicos.

A través de las estrechas y empedradas callejuelas de la Ciudad Vieja, cargadas de historias y leyendas, hasta la elegante y señorial Ciudad Nueva, con sus imponentes edificios georgianos y espacios verdes, se manifiesta la grandiosa herencia milenaria de la ciudad.

Frente a desafíos contemporáneos como el cambio climático y el turismo masivo, la ciudad ha adoptado un enfoque pionero en la conservación de su legado arquitectónico y natural, integrando tecnologías verdes y prácticas sostenibles que cimentan un futuro más prometedor para las generaciones venideras.

Proyectos innovadores en energías renovables, gestión de residuos, movilidad urbana sostenible y promoción de un turismo responsable son solo algunas de las iniciativas que Edimburgo ha implementado, convirtiéndola en un referente para ciudades de todo el mundo.

Asimismo, Edimburgo celebra su legado histórico y estimulante vida cultural a través de renombrados festivales y actividades que atraen a visitantes de todo el mundo. La ciudad destaca por su habilidad para armonizar la preservación de su patrimonio con iniciativas modernas y sostenibles, asegurando la preservación de su valor y belleza para futuras generaciones.

Premio Terra a la Innovación: Catedral de Notre-Dame (París, Francia)

Considerada como uno de los monumentos más icónicos del planeta y patrimonio de la humanidad por la UNESCO desde 1991, la Catedral de Notre-Dame es un emblema que traspasa fronteras. Ubicada en el corazón de París, esta espectacular obra arquitectónica con más de 800 años de historia, es un ejemplo de supervivencia y resiliencia.

Erigida entre 1.163 y 1.345 en honor a la Virgen María, esta catedral es uno de los templos góticos más antiguos y el tercero más grande del mundo. A lo largo de sus ocho siglos, ha sido testigo de eventos legendarios, incluidas las coronaciones de Napoleón Bonaparte y Enrique VI de Inglaterra, y la beatificación de Juana de Arco.

Durante décadas ha sido un referente en la aplicación de innovadoras acciones de conservación y restauración pero, sin lugar a dudas, uno de los mayores retos enfrentados ha sido la reconstrucción tras el grave incendio ocurrido el 15 abril de 2019. Esa fecha quedará grabada en el corazón de los franceses y del mundo, testigos impotentes del grave alcance de las llamas.

La grandeza de este prodigio arquitectónico volverá a brillar con su reapertura en diciembre de 2024, gracias a un colosal esfuerzo de restauración que promete devolverle su esplendor y convertirlo en un símbolo de esperanza y renovación en la conservación del patrimonio.

Premio Terra a la Iniciativa Turística: Centro Histórico de Córdoba (España)

En el corazón de Andalucía late con fuerza la ciudad de Córdoba, de cuya alma vibrante emana un rico tapiz de historias, culturas y arte sin parangón. Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1984, su centro histórico es un pintoresco laberinto de calles estrechas, patios floridos y monumentos que atestiguan el legado de romanos, musulmanes, judíos y cristianos.

Córdoba es un encuentro de épocas, un lugar donde la magia y la grandeza del pasado se entrelazan con el pulso de la modernidad. Esta ciudad, la única en el mundo que ostenta cuatro declaraciones de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO —la Mezquita-Catedral, el Centro Histórico, la Fiesta de los Patios y Medina Azahara—, representa uno de los más extraordinarios testimonios de confluencia cultural del planeta.

Más allá de su riqueza histórica y arquitectónica, Córdoba es un colorido mosaico de la vida moderna, donde la tradición y la innovación se entrelazan de manera ejemplar. Esta joya excepcional no sólo conserva su legado monumental, sino que también destaca por la promoción de un turismo respetuoso y sostenible, ofreciendo a sus visitantes multitud de experiencias de riqueza única.

El compromiso de Córdoba con un modelo de turismo innovador y consciente transforma cada rincón de la ciudad en una ventana abierta a siglos de trayectoria y tradición que se entrelazan creando una experiencia turística distintiva y memorable, que la destaca como un ejemplo a seguir en la preservación y promoción patrimonial mundial.

Premio Terra Ciudad de La Laguna a la Conservación: Cartagena de Indias (Colombia)

Cartagena de Indias, joya del caribe y crisol de culturas, es una de las ciudades coloniales más antiguas y bellas de Sudamérica. Fundada en 1.533, la también conocida como “La Heroica” es un laberinto de coloridas calles empedradas, floridos balcones y hermosas plazas que cuentan historias de piratas, libertad y resistencia.

Su majestuosa arquitectura colonial, cuidadosamente conservada, le valió el reconocimiento de la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en 1984, resaltando su excepcional valor universal y la destacada labor que se lleva a cabo para la conservación de su legado, impulsada por diversas iniciativas educativas y comunitarias que hoy en día perduran.

El diseño de Cartagena se inspiró en la innovadora planificación de San Cristóbal de La Laguna, en Tenerife, la primera ciudad colonial española no fortificada. Este vínculo entre las ciudades hermanas refleja, además, un legado de urbanismo que trasciende el espacio y el tiempo, uniendo dos joyas arquitectónicas a través de siglos de historia y cultura.

Cartagena de Indias muestra un compromiso constante con la protección de su riqueza histórica y natural a través de rigurosos programas de conservación y restauración. Estas acciones aseguran que tanto los tesoros arquitectónicos como los entornos naturales de la ciudad perduren a través del tiempo, fomentando un desarrollo sostenible e inspirando a otras ciudades de todo el mundo.

Premio Terra al Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad: El Fado (Portugal)

Desde las estrechas calles y las tabernas íntimas de Lisboa, el Fado resuena como la voz del alma portuguesa, una expresión musical profundamente arraigada en la identidad y la historia de Portugal. Este género musical, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2011, es una poderosa manifestación de la melancolía y la pérdida, así como del amor y la esperanza que define la saudade portuguesa.

Su intensa emotividad y su capacidad para evocar sentimientos universales a través de la simplicidad de la guitarra y la voz, caracterizan un género que hunde sus raíces en los populosos barrios del siglo XIX, donde se forjó como una expresión de las alegrías y las penas de la vida cotidiana, consagrándose como un elemento esencial de la cultura lusa.

La preservación de este arte ha sido el resultado de un esfuerzo colectivo que abarca desde músicos y aficionados hasta instituciones culturales. Escuelas, museos y festivales dedicados a este género musical han sido cruciales para mantener viva la tradición, garantizando su transmisión de generación en generación, así como fomentando su evolución y reinterpretación.

El Fado se ha convertido en un puente para el diálogo intercultural, introduciendo a audiencias de todo el mundo la riqueza de las tradiciones y la cultura portuguesa. Su universalidad y la capacidad para conectar a las personas, más allá de fronteras y diferencias culturales, destacan su importancia y valor excepcional como herencia inmaterial de la humanidad.

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