Los propietarios de Atrio (Cáceres), José Polo y Toño Pérez, que recibieron el Premio Especial del Jurado de manos de José Luis Conde, presidente del jurado, relataron cómo desde el colegio quisieron montar un restaurante “y a mí, que era menos hablador, me tocó la cocina”, dijo Toño.
El restaurante Atrio (Cáceres) abrió sus puertas en el año 2010 y desde entonces ha ido sumando reconocimientos, entre los que figuran las dos estrellas Michelin y los tres soles que otorga la Guía Repsol. Este proyecto de vida de sus propietarios quiere ser, ante todo, un lugar de encuentros imprevisibles y es también el afectuoso concierto de una larga vida en común ante un proyecto consecuente de compromiso profesional.
Este restaurante es un ejemplo paradigmático de cómo el componente gastronómico es un fuerte polo de atracción para el turismo de calidad. Emplazado en el corazón de un lugar patrimonio de la humanidad, en un edificio diseñado en un acto de fe mutuo y con la complicidad de los propietarios y los arquitectos, Atrio es “el estímulo del contacto con los clientes, amigos, críticos, ayudantes y el encuentro diario con el que trabaja para gozar de la cocina de Toño y la magnífica bodega de colecciones vinícolas y de champagnes que ha sido reunida por José”. Ambos han sabido crear un gran restaurante que roza la perfección, donde se cuida hasta el último detalle, en la cocina y en la sala, y se buscan sinergias y que constituye un motivo más para incentivar al turismo a acercarse a esta ciudad monumental y de larga historia que es Cáceres. En definitiva, el restaurante Atrio es, junto con los amplios recursos culturales de esa comunidad, un motivo más para hacer turismo en la atractiva Cáceres.